– La asociación civil “Vida Plena después del Cáncer”, gasta un promedio de 15 a 30 mil pesos mensuales para ayuda.
– Buscarán otras alternativas para obtener recursos, la meta es que instituciones financieras puedan promover la asociación a nivel nacional en los cajeros automáticos.
Lidia López/Poza Rica
La Lotería es uno de los juegos de azar que la asociación “Vida Plena después del Cáncer” ha ocupado durante más de 14 años para recaudar fondos, lo mismo con el redondeo en las cajas de pago de tiendas de autoservicio, pero las estadísticas incrementan y la cobertura de gastos incrementa y por ello buscarán otras alternativas.
La presidenta de la agrupación, Silvia Bustos de la Cruz, dio a conocer que el próximo viernes 20 de enero se celebrará el primer evento mensual a realizarse en el Casino Obrero Petrolero. Además del popular juego de azar, se apoyan con la venta de antojitos y bebidas para contar con otro ingreso más durante ese evento.
Aunque en el 2022 tuvieron apoyo de organizaciones privadas, ese recurso ya comenzó a diluirse porque actualmente se atienden a 40 personas que enfrentan la lucha contra el cáncer y están analizando si toman otras alternativas como el “Kilómetro del peso” para buscar ayuda de la población.
Siendo una organización debidamente constituida, Bustos de la Cruz dijo que se tiene otros planes como acudir a las oficinas centrales de los corporativos financieros para que les otorguen la oportunidad de promover su causa social en la proyección de los cajeros automáticos en todas las sucursales del país.
“Mi sueño es que nuestra asociación aparezca en los cajeros. Así la gente diga, pues dono veinte pesos o treinta pero que sea algo seguro”, dijo.
Entre los planes de Silvia Bustos es conseguir el patrocinio para adquirir una unidad automotriz que les permita visitar comunidades rurales de los municipios del norte de Veracruz y llevar la información para prevenir y explorarse a tiempo para detectar la presencia de tumores, ya que advirtió que muchos de los casos de pacientes graves son porque se enteran del cáncer cuando el abultamiento cambió de tamaño sin haberse tomado medidas antes de actuar.
