Ángel Pablo Reyes/Poza Rica
Lamentable esta exhibición, que refleja lo precario de la actual generación de académicos y estudiantes, que están perdidos en un «pensamiento progresista», enarbolando lo que ya está plasmado en nuestra Carta Magna, es como si se pronunciaran por el derecho al libre tránsito y decidieran caminar ahora de manos, una acción totalmente absurda que los distrae de la verdadera finalidad de ser profesionista: servir a la humanidad.
Insisto, todo trabajo universitario, desde las monografia, tesina, tesis e incluso el servicio social o las prácticas profesionales llevan el objetivo de mejorar a la sociedad; ponerse falda un hombre no veo en qué mejore la vida de las personas.
Ahora bien, los estudiantes y futuros profesionistas del derecho deben estar enfocados en mejorar el andamiaje jurídico del país, pero no lo están haciendo, divagan entre sofismas buscándole una razón a la vida y distrayendose al usar falda.
Pensé que la llegada del MEIF, el modelo flexible que incluso permite tomar materias «del tronco común» de otras carreras para llenar puntajes (se de arquitectos que tomaron anatomía para cubrir créditos), generaría profesionistas deficientes, pero ahora veo que el supuesto «pensamiento progresista» está empobreciendo a las futuras generaciones de profesionistas.***
Por cierto que el pasado 14 de octubre cumplió un año de que de que los plenos de la Suprema Corte de Justicia De La Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, tomaran protesta como Juez de Distrito Especializado en Materia de Trabajo, al Lic. Marco Antonio Pelayo Juárez, compañero orgullosamente egresado de la Facultad Derecho de la Universidad Veracruzana del SEA, campus Poza Rica-Tuxpan, pozarricense de nacimiento, con quien coincidí en mi Alma Mater, conviví y debatimos muchos temas de la inmesa catedral jurídica. ¡Muchas Felicidades! *** Agradeciendo el favor de su atención, contactaremos próximamente.