Por Mario NORIEGA VILLANUEVA
ORGULLO INDIGENA
Ese sentimiento que le hizo irse al cielo con una expresión muy suya,: ser el primer indígena en emigrar al extranjero a conformar una carrera profesional que no sin dificultades porque se negaba a regresar a su país y a su natal Coatzintla cómo un fracasado. La voluntad del doctor José Luis Domínguez, le hizo triunfar contra toda adversidad económica, particularmente, quién deja ese legado a sus hijos, porque el miércoles pasado acudió al llamado del Señor. Este jueves fue sepultado en un panteón rumbo a la carretera a Cazones.
Amigo y compañero de educación primaria, conocimos el carácter firme y decidido de quién solo se nos adelantó un paso hacia el más allá. Tipo estudioso que poco a poco fue conformando mejor su carácter que le mereció el reconocimiento y la admiración de todo aquel que lo llegó a tratar incluso de los que no y particularmente de aquellos a los que ayudó atendiendo sus problemas de la vista a veces sin cobrarles nada y otra cuotas meramente simbólicas. Este jueves y desde una noche antes, se vio esa manifestación de solidaridad para con su esposa y sus hijos, de aquellos que recibieron el trato del doctor Domínguez.
Supuestamente habiase ganado una beca de un diputado federal, que no cumplió y que le obligó a trabajar para poder sostener sus estudios en la escuela de Oftalmología Barraquer de reconocimiento mundial, de Barcelona, España. Ahí es donde salió a flote con firmeza y sin darse por vencido. La fe que tenía en ser alguien preparado le ayudo mucho pues realizando trabajos con la preparación que iba logrando, pudo obtener recursos para sostener todos sus gastos en la madre patria.
Ese fue José Luis Domínguez, hombre al que la adversidad le hizo los mandados, un hombre que nunca se sintió menos por el solo hecho de ser indígena y demostró que, todo se puede si se tiene firmeza, coraje y voluntad, sin importarle que lo vean menos por el solo hecho de ser indígena, antes al contrario, se erguia orgulloso. En paz descanse el amigo.
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